Casi no puedo respiar

Muriendo sin poder casi respirar

Casi no puedo respirar al contemplar esta imagen- pura y dura-: es la imagen como la que podemos ver de una madre-con todo el cariño del mundo-, que está dando de mamar a sus hijos desnutridos, expresando su rostro horror y miedo por la posible muerte de sus retoños: ellos son el resultado de la hambruna que está sufriendo actualmente Somalia, y concretamente la ciudad de Mogadiscio. En el hospital de Benadir apenas se escuchan lamentos o quejidos: los niños emplean las pocas energías que les pueden quedar para poder respirar- poco a poco- sus presumibles muertes.

Para llegar a Mogadiscio son múltiples los escollos que han de superar: puestos de control, escaramuzas, ataques de los paramilitares, violaciones…No es un camino lleno de rosas, precisamente, el que tienen que recorrer familias enteras que los han perdido todo en esta vida mortal y que transportan a cuestas a sus hijos enfermos y moribundos, habiendo abandonado a alguno de sus retoños en el carretera porque ya habían fallecido.

“Ante tantas muertes de seres inocentes, uno no entiende como no resuelven el calvario que supone ‘morir de hambre’ en este mundo de la superabundancia”

Ante tantas muertes de seres inocentes, como son los niños, uno no entiende como no resuelven, y de una vez por todas, el calvario que supone ‘morir de hambre’ en este mundo de la superabundancia, donde cada ‘perro/a’ tiene su asiento en muchos hogares( quiero hacer constar que no tengo nada contra los perros…), es tapado con suaves mantas a su medida, y hasta he sido testigo de cargo cuando pude comprobar que una buena señora…paseaba a su ‘perrita’ en un coche similar al que usan los niños(¡ Increíble!). Mas me ratifico en lo que expreso. El Globo Terráqueo que habitamos no es el paraíso precisamente, y uno-en infinitas ocasiones- no comprende ni qué Dios es el verdadero: aunque quiero entender…que es ‘el Dios de todas las religiones’ (uno es católico pero la nuestra es una religión más dentro de las muchas que existen, que rezan al mismo Dios).

Converso con mi pensamiento, y él me dice: “¿Para qué sirve tanta riqueza en nuestras manos?” Si la riqueza fomenta compasión, uno desea ser pobre; si la pobreza genera odio, uno no desea ser rico (ni la compasión ni el odio son buenos compañeros de viajes). Y es que el hombre es insaciable en cuanto a la posesión de riquezas (por bienes terrenales). “El dinero es como el abono que se echa a la tierra: de nada sirve si no se extiende”, dejó escrito Francis Bacon (pintor).

Naciones Unidas ha expresado que, en titulares de prensa, sobre un 25% de las mujeres han sido violadas. Insisto: triste pero verdadera realidad. Recordamos la vida de nuestras féminas en Camboya, Liberia, Perú, Ruanda, Somalia…De que nos sirve que se haya establecido el 25 de noviembre de todos los años como “Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer”.

Se extienden tantos temores en nuestra actual sociedad, porque… hay en el mundo cuarenta multimillonarios que distribuyen migajas de angustia y dolor, y así, vemos morir, todos los días del año, miles y miles de niños que nacen, única y exclusivamente, para tener una muerte pronta, angustiosa y dura. Hemos de desterrar para siempre la compasión para el pobre y los miedos a la globalización. Ya que, estableciendo un dialogo intercultural entre los seres humanos, se puede llegar a tratar de crear un mundo globalizado donde los pobres sean un poco menos pobres, y los ricos sean un poco menos ricos: distribución equitativa de la riqueza a la que aspiramos todos los seres humanos en el Globo Terráqueo en el habitamos, y que necesariamente hemos de morir… ¡Dios sabe cuándo!

“Hay en el mundo cuarenta multimillonarios que distribuyen migajas de angustia y dolor, y así vemos morir miles y miles de niños que nacen, única y exclusivamente, para tener una muerte pronta, angustiosa y dura”

Ésta es la cultura de la muerte-pura y dura-por inanición. Ésta es la cultura de la muerte creada por el mundo actual (…).Y a todo esto llamamos cultura, globalización, democracia, derechos humanos… Todos son miedos y mentiras, todos son mentiras y miedos que marchan unidas en un perfecto engranaje que nadie sabe a dónde nos conducirá. Son el bien y el mal juntos, hermanados, que se dan la mano para pasear por estos mundos de Dios, y que siembran de crespones negros, a modo de agujeros, la geografía universal. Quizá estemos ciegos de soberbia, quizá hemos olvidados derramar lágrimas vírgenes, quizá vamos encarando un mundo sin control ni norma alguna bajo el signo de los políticos corruptos, que los hay.

España no debe olvidar nunca: Los descendientes celtíberos tuvieron que emigrar a Cuba (años 1908 a 1937) como consecuencia de la pobreza reinante en España: pues bien, estos emigrantes dejando tierras, familias y amores–con su trabajo, creatividad, constancia y amor propio–hicieron de la isla afortunada una nación próspera y rica. La «elite» de los negocios cubanos estuvo en manos de gallegos y asturianos, quienes dejaron en buen lugar el pabellón español. «El sementeiro de Cuba/ hermoso jardín de flores/ donde allí están enterrados/ la flor de los españoles», así quien mejor escribió poesía gallega hasta la fecha, Rosalía de Castro, reflejó el dolor de sus hermanos emigrantes gallegos en el siguiente anatema (imprecación): «Castellanos de Castilla, / tratade ben a los gallegos: / cando van, van como rosas; cando vén, vén como negros».

Algo estamos haciendo mal si en la época tecnológicamente avanzada en la que vivimos mantenemos 44 millones de personas pasando hambre, según el último informe del Banco Mundial, y ese algo tiene mucho que ver con el egoísmo capitalista que conlleva la especulación financiera brutal hasta el punto de que no nos importe lo que le esté sucediendo al resto del mundo.

Porque a poco que la solidaridad existiera entre los países, entre los mundos, entre las personas, el mundo, en su conjunto, sería autosuficiente, que puede, y nadie pasaría hambres, todas las personas del mundo tendrían sus necesidades básicas cubiertas y yo no estaría escribiendo este artículo, ni el Banco Mundial haciendo informes sobre el hambre en el mundo.

“A poco que la solidaridad existiera entre los países, entre los mundos, entre las personas, el mundo, en su conjunto, sería autosuficiente y nadie pasaría hambre”

Pero para que haya ricos tiene que haber pobres, el poder de uno se basa en la miseria de otros, incluso en los propios países afectados por hambrunas tremendas unos pocos se quedan con todo y condenan al resto de la población a la nada, vendiéndoles la prosperidad como un sueño inalcanzable, como algo a lo que ellos no tienen derecho.

Como seres humanos que somos deberíamos de realizar una reflexión real sobre nuestra esencia y luchar de verdad por lograr la equidad a nivel mundial, más allá de curar nuestras conciencias enviando dinero que sabemos que siempre se queda en los órganos de poder, que se enriquecen y no ayudan a su propio pueblo.

Y tienen responsabilidad los gobiernos occidentales, y los pueblos que los eligen, porque nos empeñamos en no querer ver más allá de nuestras propias narices, en obcecarnos con nuestras propias preocupaciones frívolas y olvidando las miserias de otros, tan lejanos, que sólo nos interesan en Navidad.

Hemos de esmerarnos –en la política de fiel distribución de la riqueza–, para no mostrar por esos mundos de Dios… cuerpos completamente desnutridos caminando hacia la muerte… Ésta es nuestra sociedad de consumo en la que estamos inmersos y ciegos con ojos que ven. Pero, esperando un golpe de timón–que cambie el rumbo de nuestras vidas–, seguimos enriqueciéndonos con el petróleo de los árabes/musulmanes. Mas los Estados Unidos de América, que han creado–equivocadamente un mundo unilateral–, por fin se han dado cuenta que nada tienen que hacer en Irak. Durante el año 2006 nos han hecho comulgar con ruedas de molino a los países del resto de la Tierra, involucrándonos en un viaje sin retorno… con visos sombríos y oscuros para poder recuperar un nuevo orden mundial.
OPINIÓN / » Hemos de esmerarnos –en la política de fiel distribución de la riqueza–, para no mostrar por esos mundos de Dios… cuerpos completamente desnutridos caminando hacia la muerte»

La Coruña,4 de octubre de 2011
© Mariano Cabrero Bárcena es escritor

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